martes, 29 de mayo de 2012

Supervivientes (3)

Capítulo 3- Un mal trago

Las clases del jueves habían acabado y todos los alumnos salían de la escuela, dispuestos a volver a casa cuanto antes.

-No me digas que hoy también vienes a estudiar- se quejó Odd a la vez que se dirigían a su coche.

-Claro, mañana tenemos otro examen- se defendió.

-¿Examen? Si lo único que haces es mirar por la ventana, y aun haciendo eso, no has conseguido verla ningún día.

-No importa, estoy seguro de que hoy definitivamente la veré- la verdad era que su amigo tenia razón, todas las veces que iba, decía lo mismo y al final no la veía.

-Está bien, pero si te quedas a cenar, ¡hoy hay pizza!- sonriendo, en esos momentos su mente estaba totalmente ocupada por una gran pizza de cuatro quesos, la baba se le caía de la boca.
Eran las 7 de la tarde cuando empezaron a estudiar, hasta ahora habían estado viendo la tele y jugando a la play station, Ulrich no era capaz de concentrarse del todo, el escritorio en el que se encontraba, estaba situado frente a la ventana, sus ojos se perdían en las múltiples calles.

-Bueno…yo estoy cansado- dijo Odd a los pocos minutos de haber empezado- voy a encargar la pizza, 
tú, ¿vas a seguir estudiando o mirando la ventana?- Ulrich se sonrojó ante su comentario.

-¡Sin champiñones!- gritó antes de que desapareciera camino a la cocina por el largo pasillo. Esta vez Odd tenia razón, debía concentrarse en sus estudios, bajó la cabeza y decidió batir su propio reto al estar 15 minutos sin despistarse.
Lamentablemente no duró más, ya que se oían carcajadas en la entrada del edificio que estaba en frente de ellos.

Se asombró al distinguir la delicada figura de Yumi, aunque la alegría de poder contemplarla durante unos instantes mas, se vio interrumpida por otra persona mas que la acompañaba. El cual si no se equivocaba era aquel tipo borde de la playa, pero ¿Qué hacían juntos? Y ¿a esas horas de la tarde? El cielo se tornaba bastante oscuro.
¿Acaso serian novios y Yumi no le había dicho nada? Se sentía como un autentico idiota, y la rabia que recorría sus venas le obligó a abandonar la habitación.

-¿Qué es lo que pasa? Si tienes hambre. Enseguida nos traerán la pizza.

-No es nada- se sentó junto a el, pero no le dijo absolutamente nada.

Al de un rato suena el timbre y Odd se levanta para obtener la tan esperada cena, después empezaron a comer.

-Estoy lleno- dijo Ulrich, al cabo de un rato.

-¿Lleno? Pues yo me he quedado con hambre- protestó Odd, al estar acostumbrado a comerse el solo toda la pizza entera, su tripa no se había saciado.

-¡Si te has comido 5 trozos de los 8 que había!- No tenía remedio, siempre ansiaba más.

-Bueno pues ahora toca sacar la basura, y ya que he invitado yo…..-miró a Ulrich fijamente, como si hablara utilizando la telepatía, y al final no tuvo más remedio que sacar la bolsa negra y maloliente.
La verdad es que se estaba bien en la calle, hacia algo de fresquito y la resplandeciente luz blanquecina de la luna, alumbraba los rincones. El cielo estrellado también era una maravilla, Ulrich lo observaba intentando olvidar pensamientos que lo hacían enfurecer.

Dobló la esquina aun perdido en su mundo y chocó contra alguien. Los dos rebotaron hacia el lado contrario, y antes de que la otra persona cayera al suelo, consiguió sujetarla de su mano izquierda- L-lo siento yo…-comenzó sin poder acabar la frase al observar mejor quien se encontraba frente a el. Vestía unas mallas negras por las rodillas, las cuales resaltaban su bella figura, y una camiseta blanca de manga corta, efectivamente era Yumi.

-¿U-Ulrich?- preguntó con timidez, no esperaba en absoluto encontrarse con el.

-Si, soy yo, he salido a tirar la basura- todo lo que antes había presenciado, expiró de su mente por sorpresa.

-¿Vives en este barrio?- parecía bastante sorprendida, no era lógico que vivieran tan cerca y nunca se hubieran visto antes.

-N-no, Odd vive en estos apartamentos- señalándolos- y me ha invitado a cenar hoy, aunque creo que me ha tocado el premio gordo- recogió la bolsa que se le había caído anteriormente y la lanzó al contenedor que permanecía abierto.

-Bueno….me tengo que ir, nos vemos el sábado- sonrió como solo ella sabia hacer, y se fue corriendo.

-¿Qué te ha pasado? ¿Por qué estas como un tomate? Pensaba que te habían secuestrado- Odd lo bombardeó con preguntas similares a las que unos padres preocupados les hacían a sus hijos cuando se llegaban tarde.

-Es muy tarde, tengo que irme ya- cogió su mochila y sin darse la vuelta se fue por el mismo sitio por el que había entrado, dejando a su amigo un poco alucinado, algo raro le había pasado, pensó Odd.
Los dos siguientes días se le hicieron eternos, sin embargo ya era el tan esperado sábado y por fin volvería a verla. La hora de su clase se acercaba, esta vez no había podido asistir desde bien temprano. Yumi flotaba sobre su tabla de surf y Ulrich se acercaba a ella lentamente.

-Yumi, es hora de las clases- ella giró la cabeza para verlo a la cara, le iba a contestar cuando William apareció detrás de ella y la tiró al agua haciendo volcar la tabla.

Yumi decidió vengarse de su amigo, lo empujaba una y otra vez hacia atrás, con la intención de que tropezara y se cayera, para aprovechar después y hacerle una ahogadilla, pero el la agarró de los brazos inmovilizándola, se acercó cada vez mas a su rostro. Cuando estaba a punto de besarla, Yumi se zafó de su amarre y lo evitó sumergiéndose en el mar.
Ulrich no podía dar crédito a lo que acababa de presenciar, tenía unas ganas inmensas de golpear a Dumbar hasta que quedara inconsciente, pero su orgullo no le permitía tal cosa, por lo que con mucha rabia se volteó y camino hacia la orilla.

-¿A dónde vas?- Yumi apareció delante de el, saliendo del agua.

-Parecíais tan ocupados que no quería molestar- un pequeño tono de ironía era notorio en su voz.

-¿Pero que dices? Solo quería vengarme de el, ahora vamos a dar la clase de hoy- lo agarró del brazo y se dirigieron a una zona mas cercana a las rocas, para que nadie los molestara.

William los observaba a lo lejos con el rostro sumergido en la oscuridad, sus ojos parecían echar fuego, y si las miradas pudieran matar a alguien, de seguro Ulrich estaría muerto en este mismo instante. Eso no quedaría así, de seguro haría cualquier cosa para derrotar a su enemigo, cualquier cosa.
Apenas habían practicado media hora cuando el tiempo comenzó a cambiar, las nubes grisáceas se ceñían sobre ellos y el viento soplaba cada vez más fuerte.

-Deberíamos irnos ya- avisó Yumi- creo que se avecina una tormenta.

-Ahora voy- Ulrich nadó hacia ella, pero una enorme ola que se formó a un costado de donde el se encontraba cayó sobre el y lo lanzó hacia las rocas. Ulrich intentaba con todas sus fuerzas, avanzar en dirección contraria, pero era inútil.

-¡Ulrich!- gritaba Yumi desesperada al ver como cada vez se acercaba mas a la muerte, solo había una solución, aunque le costaría el esfuerzo de todo el año.
Buceó tan rápido como pudo, el mar la ayudaba en cuanto al tema de velocidad, empujándola a ella también, pasó bajo Ulrich, y cuando estaban muy cerca de la pared, lo agarró de la cintura.

-Sujétate a mi- le ordenó casi gritando para que la comprendiera- coge todo el aire que puedas y pase lo que pase no te sueltes- hizo lo dicho y los dos se sumergieron nuevamente, pero antes, Yumi apoyó sus pies en las afiladas rocas, para impulsarlos con todas sus fuerzas. Como torpedos se desplazaron con mucha facilidad, y consiguieron llegar a la orilla sanos y salvos.
Se dejaron caer rendidos en la arena durante un buen rato, intentando recuperar el aliento.

-G-gracias- consiguió decir Ulrich, no sabia exactamente que es lo que había hecho para que lo sacara de allí, pero le estaría agradecido por toda la vida.
Yumi no tenia fuerza para responder, estaba demasiado agotada, y sus pies escocían con cada pequeña ola que salpicaba la planta de sus pies, podía notar como le palpitaban.
Al de un rato, Ulrich se levantó de un salto, se puso al lado de Yumi y la ayudó a levantarse.

-¡Ugh!- cuando apoyó uno de sus pies en el suelo, no pudo evitar que un gemido de dolor saliera por sus labios, el cual llamó la atención de su compañero.

-¿Qué te pasa? ¿Te duele algo?- se preocupo, pensaba que los dos estaban en buenas condiciones, y sin ningún rasguño, pero al parecer no era así.

-No es nada- aunque el no le creyó, y la inspeccionó con la mirada. Sus ojos se detuvieron en las plantas de sus pies.

-¡¿Cómo que no es nada?- parecía un poco histérico, pero no era para menos, numerosas rajas y raspones goteaban sangre, además al tener que impulsar el peso de dos personas, es normal que las heridas sean mas profundas, lo que produjo que Ulrich se sintiera aun mas culpable- Ven, te llevaré en brazos- la cogió para que no tuviera que caminar.

-Se caminar sola- le reprochó.

-Alguna vez te han dicho que eres muy cabezota? Tengo que llevarte al médico, para que te cure esas heridas.

-No, no hace falta, llamaré a una amiga que ella es médico y nos podrá ayudar- llamó desde una cabina cercana a la carretera y después solo esperaron hasta que los recogió.
Yumi había caído rendida en el viaje de vuelta. No antes de haberle explicado a su amiga todo lo que había sucedido.

-Así que tú eres Ulrich- se aseguró Aelita.

-Si, encantado de conocerte.

-Yo me llamo Aelita, Yumi me ha hablado de ti, al parecer te esta dando clases de surf ¿no?

-Si, es una surfista muy buena, pero por mi culpa esta en este estado.

-Seguramente no podrá participar en el campeonato de surf, pero eso no significa que tengas que culparte a ti mismo, Yumi no te salvó para que sintieras lástima por ella.-bien, ya estamos- aparcó el coche y subieron a la paciente a su casa, la pusieron sobre su cama y la arroparon- primero vendaré y desinfectaré sus heridas, y después prepararé la cena- cogió el botiquín y lo puso sobre la cama.

-Déjame que la cure yo, y tú prepara la comida- se ofreció Ulrich

-Gracias eres muy amable

Ulrich iba a desinfectar sus heridas cuando se quedó observando su figura, era aun más guapa cuando dormía plácidamente. El escozor la despertó.

-Lo siento…te he despertado- se disculpó.

-No pasa nada, cualquiera se despertaría- rieron un poco ante el comentario.
Después le puso los vendajes y la ayudó hasta la cocina. Yumi apoyaba sus pies con mucho cuidado de no hacerse daño y era ayudada por Ulrich, que la sujetaba de su estrecha cintura.

-La cena ya esta lista- anunció Aelita, acabando de poner la mesa.

-Yo….me tengo que ir, ya es muy tarde y…

-No seas tonto- lo interrumpió Yumi- no querrás que Aelita se sienta mal por no comerte lo que ella ha preparado ¿no?- dijo sentándose en una silla y guiñándole un ojo a su amiga.
Aelita captó la señal y bajó la mirada con cara triste.

-Esta bien….- se dio por vencido, se situó junto a ellas y comenzaron a comer sus filetes con patatas- Esta muy bueno- la felicitó.

-Gracias- contestó Yumi, su respuesta desorientó a Ulrich y las dos comenzaron a reírse al contemplar su cara.

-La verdad es, que Yumi fue quien preparó esto el otro día, yo solo lo he calentado en el microondas- sonrió Aelita.

-Pues si que te has molestado en preparar la cena- le reprochó.

-De otra forma no te hubieras quedado a cenar.

Un rato después, Ulrich ayudó a recoger la mesa y tras despedirse se fue.
Aelita se quedaría con Yumi unos días, para ayudarla en lo que necesitara, y el la visitaría mañana después de clases.


Finalmente llega el capitulo número 3, siento mucho la tardanza, pero me comprenderéis si os digo que estoy de deberes hasta el cuello, por no hablar de lo que tengo que estudiar. Así que puede que tarde un poco en subir el próximo. De todas formas, gracias a todos por mandarme ánimos, y sobre todo, gracias por leer.

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